lunes, 29 de septiembre de 2014

EL VALOR EXCEPCIONAL DE SOLVAY COMO PAISAJE Y COMO PATRIMONIO CULTURAL DE ASTURIAS

Este artículo es copia del publicado en el libro titulado: SOLVAY-LIERES. Conjunto industrial minero 1903-2003 y firmado por Aladino Fernández García, profesor de la Universidad de Oviedo.

"Solvay es una mina". Así titulaba un periódico regional su crónica sobre la conferencia que una asociación de Lieres me había pedido dentro de los actos conmemorativos del centenario de la empresa minera Solvay allí asentada. La mina es solamente un fantático yacimiento arqueológico-industrial con muchas posibilidades de reutilización. Pero Lieres posee el mejor recurso posible para la recuperación de su significado tradicional: un vecindario entre el que se encuentra la asociación aludida, la cual ha venido defendiendo su futuro y el del pueblo con la palabra de nuevo como arma. Ha sabido combinar con tenacidad los conceptos de "patrimonio industrial" y " calidad de vida" para triunfar sobre los planteamientos de la Administración y de la empresa estatal HUNOSA propietaria actual de las instalaciones.
En efecto, este admiable grupo de vecinos, dinamizador del peblo con multitud de actividades socioculturales, es consciente del significado nada común de las viejas instalaciones mineras, sabe de su valos histórico, cultural y social una vez paralizada la vieja mina de carbón. Y no qiere que lo destruyan para dar cabida a una supuesta fábrica reempazante, contradictoria a su entender con un modelo de desarrollo sostenible. Estos vecinos tienen la certeza de que una fábrica de gran tamaño para producir o transformar aluminio no solamente se llevaría por delante la mayoría de los edificios antigüos de la mina, una riqueza heredada que consideran con razón propia, sino que también anularía bienes irrenunciables de su entorno vital con mera de su bienestar individual y social.
Así que, con esta claridad intelecual, se opusieron desde el principio a una actividad que, lejos de los argumentos sindicales, empresariales, y políticos les ivan a priva de las condiciones de vida alcanzadas con esfuerzo durante la mayor parte del siglo XX. La aluminera, como la llaman, sería una actividad peligrosa, que, por un lado destruiría los elementos más singulares del paisaje de Lieres y su patrimonio histórico y, por el otro, reduciría cuantiosamente el interés medioambiental del valle y, con ello, sus posibilidades de desarrollo residencial, dada la proximidad de las mayores ciudades de la región  y el avance de las comunicaciones que aquí tiene uno de los nudos más importantes de Asturias.
La fábrica, que ocuparía un lugar angosto y de difícil articulación al nudo mencionado, generaría un movimiento de tráficos insoportable para el camino vecinal actual. La mina cuando estaba en activo, evacuaba la producción por una línea ferroviaria y no molesta. A este problema se sumaría la contaminación por ruídos y polvo.
Es absolutamente falso, y en cualquier caso constituíría un grave inconveniente, que la industria (grandes fábricas o políonos industriales), fije población o la atraiga a su entorno inmediato. Esa fue la lógica espaciald de la revolución industrial en el siglo XIX. En tiempos de la tercera revolución técnica de la humanidad, cuando la principal actividad por empleo y valor de la producción es la terciaria, la industria se aleja de las áreas residenciales, tanto porque la población exige cada vez más calidad de vida, como porque las autopista, la informática y la práctica del urbanismo y de la ordenación del territorio ("zonificación" o separación de usos que se consideran incompatibles sobre un mismo territorio) permiten localizaciones cada vez más adecuadas fuera de los núcleos de población.
Por tanto, las pretensiones de incrustar industria en las áreas residenciales en retroceso, como las cuencas mineras, para evitar su descomposición es una práctica desfasada y contraproducente. ¿Pero  cómo se puede pensar que los trabajadores de un polígono industrial vivan en su entorno inmediato, cuando en realidad tales instalaciones son el resultado del alejamiento de las actividades  más molestas de las urbes?
Lieres no necesita de una gran fábrica metida a calzador en el ajustado espacio de la mina, ganado en el estrecho valle por rellenos con estériles de carbón, porque sería incompatible con lapoblación actual y futura, porque rompería su equilibrado paisaje tradicional modelado por la minería, porque despreciaría elvalor acumulado en casas, solares y fincas, y porque destruiría uno de los conjuntos históricos más admiables de la industrialización asturiana.
Si realmente se quiere reanimar a Lieres, que no se arruine su potencial residencial ahora que como pueblo está tan bien servido por la red de las principales comunicaciones, que no se deterioe su paisaje rural-minero ni su rico patrimonio industrial y social (viviendas, equioamientos e infraestructuras) resultantes de una acción empresarial cargada en su tiempo de paternalismo. Y para los edificios inutilizados de la antigua empresa, que se proponga un plan de reutilización para pequeños talleres y empresas que bien pudieran estar relacionados con los ramos de la producción agropecuaria tradicional de la zona y la formación en profesiones afines.
Estos planteamientos, en consonancia con las posibilidades y exigencias del mundo actual, son los propios de este grupo de vecinos, extraordinariamente dinámico, al que me vengo refiriendo y que es el responsable de haber desenmascarado a aquellas fuerzas especuladoras que, en nombre de falsos intereses geneales, dividieron al pueblo con la demagogia de crear másd e uj centenar de puestos de trabajo. Esas nuevas fábricas, tan necesarias como peligrosas, requieren emplazamientos especiales alejados de las áreas residenciales. Su ubicación probablemente defintiva en la Cuenca del Nalón repercutirá negativamente en la función residencial de Langreo: los escasos atractivos de Ciaño (un lugar en el que todavía sigue lloviendo carbón y suciedad) continuarán aminorándose, perderá más población y aumentará el número de viviendas vacías.
Ese grupo de vecinos de Lieres abe que "Slvay sigue siendo ua mina". Ellos han luchado y lo siguen haciendo, para poner en valor y para que se respete, tanto la vieja mina, o lo que es lo mismo, el valiosísimo entramado de edificios para la producción (desde los castilletes y las casas de máquinas, que son los elementos más notables, a los que habitalmente se consideran  marginales: el lavadero o las cuadras cuando una parte de la tracción se hacía a sangre); como el poblado, con sus diferentes partes que le dan variedad, riqueza y singularidad patrimonial: desde las casas de los obreros a las de ingenieros, pasando po el economato, el casino y la iglesia...
Mina y poblado componen probablemete el conjunto histórico de la indusriazación asturiana mejor conservado hasta el momento, incluyendo maquinaria, equipamientos sociales e infraestructuras (como el ramal ferroviario de conexión de la mina a la estación de reanes, desde la que se enviaba hulla por el ferrocarril  de Económicos de Astirias hasta lafábrica de Solvay en Torrelavega). Su mantenimiento mediante la ansiada declaración de conjunto histórico, lo cual es perfectamente posible si se aplica la Ley de Patrimonio Culturalde Asturias, debiera de merecer una mayor aención por parte del Gobierno regional. En este empeño continuará de manera entusiasta la Unión Vecinal de Lieres-Solvay, como lo atestigua este libro, que es fruto de su tesón  y esfuerzo. Un libro qe, con la solvencia delos investigadores que lo firman, influirá positivamente en el futurod de Lieres y de otos conjuntos históricos de la revolución industrial asturiana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario